Caminos de Luz

Hoy  queremos compartir el retiro realizado el 9 de Junio en Manizales con  jóvenes universitarias del grupo “Camino de Luz”. 

Retiro acompañado por Liliana  y Elizabeth Gómez N.

 El grupo  preparó su corazón  con anterioridad en oración y algo de silencio para  estar muy dispuestos en  este encuentro.

Llegaron muy motivadas y con expectativas del retiro, algunas no habían tenido esta experiencia antes, y tenían cierta curiosidad.

Dimos inicio con una  reflexión sobre el” Maestro de Maestros”.   Tuvimos  también ejercicios de relajación, luego una meditación guiada. Los textos que elegimos para el retiro fueron la vid verdadera (Juan  15.1.8)   también, otros textos de apoyo y algunas canciones.

El texto  la VID Y LOS SARMIENTOS después de ser leído,  explicado,  y saboreado,  estaba acompañado de un trabajo personal. Se procuró que el “Silencio” fuera vital en este encuentro, además como dato  particular, todas lo deseaban.

Se les dio el material de reflexión y cada una en la capilla, al aire libre, en el lugar que se sintieran cómodas, se despojó de sí para  ser dóciles al Espíritu y escuchar la voz de Dios.

En el momento del compartir cada una trajo su propia vid.

El retiro fue un regalo de Dios. Muchas de las participantes manifestaron el sentirse con mucha gratitud con el Sagrado Corazón, por haberles permitido vivir este encuentro  profundo con una espiritualidad nueva para ellas. Un  amor que tanto necesitamos para  renacer en la fe  y a un nuevo despertar, es hermoso como la psicología de la vida unida a la palabra y al espíritu  pueda dejar tantas huellas de amor.

Compartieron el proceso que han vivido desde la familia,  el trabajo, sabiendo que la fuerza de Dios habita en ellas, la mayoría manifestaron que sentían en muchos momentos la sed de Dios, el deseo de encontrar la espiritualidad, pero a la vez era una dicotomía entre las fantasías y seducciones  que el mundo les proporciona y el Dios tan  aparentemente escondido pero real.

Mariana (Médico) expresó: Cada día tenemos en nuestras manos  seres humanos muy vulnerables para atender, hoy sólo pido a Dios que me una a esta vid para no solo ayudar a sanar cuerpos, sino también sanar almas y vidas, Gracias Dios por el silencio que hoy me permite encontrarnos.

Al escuchar cada experiencia, y tocar la vida de estas  jóvenes, me sorprende cada vez más nuestra espiritualidad tan encarnada  en un mundo que cambia de paradigmas y quizá de lenguajes y códigos pero la esencia del Ser Dios encarnado en el corazón de la humanidad responde a cada tiempo, lugar y circunstancia como un Dios fiel en sabiduría y misterio.

Con cariño y agradecimiento infinito

Liliana Gómez N. y Elizabeth Gómez N.